La conservación de la naturaleza a nivel local requiere el conocimiento de las especies a conservar y el compromiso con la gestión adaptativa (que es “aprender haciendo”). En cuanto a aprender haciendo, necesitamos registrar lo que está presente, y cómo reacciona a los cambios que uno hace. Esto es una verdad para la recuperación de hábitats tanto como lo es para la recuperación de especies como la perdiz pardilla. Por lo tanto, antes de empezar un proyecto de conservación de especies, es esencial comprender la situación actual: cuál es la abundancia del recurso a recuperar, está creciendo o decreciendo, y qué tan bien se están satisfaciendo actualmente sus necesidades.
Documentar hábitats
Trazando el hábitat de tierras altas en Google Earth
Las perdices son un buque insignia porque necesitan buen hábitat, así que si se quiere recuperar las perdices o los hábitats, el primer paso es mapear los hábitats actuales. En el primer enlace de esta página se puede descargar una herramienta de mapeo, que está disponible en los idiomas de este proyecto. También necesitará proporcionar una imagen del mapa de su área de estudio. El segundo enlace contiene las instrucciones para configurar la imagen para que pueda crear un mapa de referencia de hábitats en su área. La página Revitalizar hábitats (ver menú) le da enlaces a la gestión de ese hábitat. En una etapa posterior se pueden mapear los cambios resultantes en el hábitat, supervisando así el éxito de su esquema de gestión e iniciando el proceso de gestión adaptativo.
Topografía
¡Cuenta esa perdiz! (© V Šegrt)
El proceso para establecer una base y después monitorizar es importante para recuperar o no la perdiz pardilla u otras especies. En principio, para animales o plantas, necesitamos documentar:
1. El número de individuos que se reproduce en el área gestionada;
2. El éxito de su reproducción cada año.
Estos datos revelan que la población cambia e indican si la cría es suficiente o no para mantener la población o incluso preservar cierta recolección. Si se puede reconocer de forma separada a los individuos que todavía tienen que criar de los que ya crían (e.g. mediante marcajes naturales o colocando marcajes artificales), uno puede documentar tambien la tasa de reclutamiento y superviviencia entre las épocas del año (e.g. otoño y primavera o un verano y el siguiente). Eso puede revelar más sobre porqué una población está cambiando.
Para las perdices se emplean varios métodos de investigación, reflejando las diferencias en la estructura de la finca, tierras, el hábitat que está siendo monitoreado y quién lo lleva a cabo (e.g. científicos, cazadores, administradores de tierras). Estos métodos se describen en los sitio web nacionales, para lo cual se proporciona un enlace a continuación.
En la web
Esta simple herramienta de mapeo funciona en ordenadores Windows. Es fácil de utilizar en 10 idiomas.
Es necesario proporcionar una imagen del mapa de su área de estudio, ya sea con una cuadrícula de coordenadas o con una foto aérea o una captura de pantalla de mapa digital que muestre los sitios cerca de cada ángulo a los que pueda asignar coordenadas.
Se describen varios métodos utilizados para el estudio de la perdiz pardilla.
Alli donde los hábitats de perdiz son principalmente herbáceos (por ejemplo, los cultivos de cereales y de barbecho) y las granjas son grandes (> 100 ha) y contiguos, los recuentos se hacen en otoño mediante el uso de vehículos de cuatro ruedas conducidos por los administradores, y alrededor de los límites del campo en primavera.
Donde los campos son más pequeños y los cultivos son más variados, los recuentos de puntos se pueden realizar en primavera, a veces con reproducciones de llamadas de aves.
Filas de personas, como los miembros de Asociaciones de cazadores, pueden cruzar los campos a pie para levantar aves.
En áreas extensas de hierba o páramos, o tierras de cultivo altos y permanentes que dificulten la utilización de vehículos para la inspección de campos, las perdices se pueden contar a pie con perros.